Muchas personas están intentando realizar un juicio de valor desproporcionado, y lo que realmente hacen es sumergirse en un acto primitivo de sacrificio hacia las masas.

Lo realmente importante es colocar cada cosa en su lugar, y en la proporción adecuada. La gente cita las muertes de los médicos, policías y enfermeros, y pone esto en la balanza, contra las trece muertes en los Olivos, y esto es un peso que no corresponde cargar a esos muertos. Es un sinsentido basar una idea en un argumento alterado.

Los policías, médicos y enfermeros fallecidos no son responsabilidad ni culpa de los trece muertos, ni de nadie de forma directa, es consecuencia del fenómeno que estamos viviendo, principalmente por las falencias de un sistema sanitario.

La sensación de injusticia altera los ánimos de las personas, y cuando esta injusticia no puede resolverse, se crea una "sensación de justicia" falsa, por medio de un sacrificio. De este modo el sacrificio de algunos aplaca la ira de muchos, ya que supuestamente equilibra la balanza de la injusticia que se vive.

Es así que, cuando ocurría una tragedia o las cosas iban mal siglos atrás, se sacrificaba a algunos que tuvieran "relación" con el mal que se estaba desarrollando (por ejemplo en los Olivos, personas pertenecientes a un sector informal, al cual se culpó y culpa desde el inicio de la cuarentena de no respetarla, y gracias a ellos no salir de este problema) para equilibrar los ánimos de la multitud, ya que por conocimiento histórico las masas alteradas y frustradas son un problema para los gobernantes.

Esto es lo que ha ocurrido en nosotros, por el suceso de los Olivos. Inmediatamente las personas murieron trasgrediendo la norma sanitaria, hubo mucha algarabía y acto seguido un reconocimiento a los policías, médicos y enfermeros, ya que por fin, integrantes del sector informal pagaron, por el mal que aqueja a todos, y se hizo justicia. Muchos calmaron su malestar, en el goce del dolor, de los que consideraban culpables del mal epidemico que nos aqueja.

Hay que tener presente que ningún hecho como el ocurrido el pasado sábado, contiene elementos que ejecuten o transformen un hecho global, general o estadístico, en justo. Únicamente poseen elementos asociativos simbólicos, que ofrecen una “sensación momentánea de justicia”, que solo sirve para aplacar la ira brevemente, pero no resuelve nada, sino por el contrario extiende aún más el problema de centro.

Todo sacrificio es un paliativo para crear esta “sensación de justicia falsa" sin embargo no resuelve ningún problema de base, y por el contrario contribuye a alimentar el rencor a largo plazo.